Se dice que una persona tiene una
discapacidad si ésta encuentra alguna dificultad o imposibilidad para realizar una o más actividades de la vida cotidiana.
Desde hace poco se han establecido pequeñas diferencias entre las condiciones físicas o mentales de una persona y las dificultades que ésta encuentra. Así pues, desde principios de la década de los
80 se han desarrollado modelos sociales de
discapacidad que añaden nuevas apreciaciones al término. Por ejemplo, se distingue entre un discapacitado (cuya habilidad es objetivamente menor que la de la media) y una persona con capacidades distintas de las normales, que, aunque por ello solo no representa ninguna ventaja o inconveniente, a menudo es considerado un problema debido a la actitud de la sociedad o el hecho de que los estándares están basados en las características medias o normales.